jueves, 14 de noviembre de 2013

Viajando por Asturias en Autocaravana: Navia

Navia Interior, Palacios, Casonas de Indianos y Naturaleza

Hay una Navia costera, que tiene al mar Cantábrico como indudable protagonista con sus espectaculares playas o con ese Puerto de Vega que es uno de los pueblos pesqueros más bonitos de Asturias. Pero también hay una Navia interior que merece la pena ser visitada. Un recorrido por antiguos palacios, iglesias o casonas de indianos, o americanos, que es como se conocía en esta zona a aquellos emigrantes que triunfaban al otro lado del Atlántico y volvían millonarios, dejando constancia de su éxito con suntuosas viviendas. 

Tanto en Navia, la capital, como en otras parroquias del concejo, especialmente en la de Villapedre, puede el viajero descubrir estas casonas, la mayoría de las cuales han sido rehabilitadas por nuevos propietarios o reconvertidas en hoteles. Algunos de estos edificios, como los que albergan los casinos de Navia y de Puerto de Vega, fueron construidos con aportaciones de estos indianos. Y junto al exhibicionismo arquitectónico de los «americanos», el señorío de los viejos palacios de la nobleza: el medieval de Anleo, el de Andés, el de Lienes, el de Tox, el de Campo-Osorio, donde nació Ramón de Campoamor, o la casa de Trelles, en Puerto de Vega, donde falleció Jovellanos en 1811. 

La autovía del Cantábrico, prácticamente acabada, pone al Occidente asturiano a tiro de piedra para el viajero. Esta zona, tradicionalmente aislada, despliega ahora sus muchos encantos paisajísticos y gastronómicos. Y en el Occidente, el concejo de Navia es el que más ofrece en todos los sentidos. A menos de una hora de coche de Oviedo, a media del aeropuerto de Asturias, este pequeño y próspero concejo de apenas 63 kilómetros cuadrados reúne todo lo que el visitante puede desear: paisajes espectaculares, playas con encanto, rutas para caminar, edificios históricos, pueblos marineros llenos de atractivo, buenos comercios, excelentes hoteles y renombrados restaurantes. Todo al alcance de la mano. Y todo sin la masificación de otras zonas de la región.
Los doce kilómetros de costa bañados por el mar Cantábrico constituyen uno de los mayores atractivos de este municipio asturiano. En Navia, su capital, un paseo por el casco antiguo, con algunos restos aún de la antigua muralla, acabará llevándonos al paseo marítimo que bordea la ría y que desemboca en una tranquila playa rodeada de pinos. El mar es protagonista también en Puerto de Vega, uno de los pueblos pesqueros con más encanto de Asturias. Antiguo puerto ballenero, allí murió Jovellanos y allí se conservan las almenas que lo defendían en otros tiempos. Las opciones son muchas. Ver descargar los barcos de pesca, un paseo por el Baluarte, visitar el curioso museo etnográfico, o subir hasta la ermita de la Virgen de la Atalaya para disfrutar de las vistas.
Aunque la costa de Navia no es muy extensa, el concejo cuenta con seis playas de las que las más importantes son las de Frejulfe y Barayo. La primera, declarada monumento natural, es la más grande, con cerca de 800 metros de longitud. Un espacio de alto valor ecológico en el que también se puede disfrutar del baño. La de Barayo, ya en el límite con el concejo de Valdés, es una de las más salvajes y espectaculares de Asturias, clasificada como reserva natural de la Biosfera, a la que sólo se puede acceder a pie.
Precisamente de Barayo sale la llamada Senda Costera de Navia, un recorrido de 21 kilómetros, de baja dificultad, ideal para una caminata junto al mar. Va bordeando la costa, permitiendo disfrutar de acantilados y pequeñas calas, pasando por Puerto de Vega y la playa de Frejulfe para acabar en la capital, Navia. Una senda llena de rincones idílicos que vale mucho la pena recorrer.
De las iglesias de Navia, muchas de ellas bajo la advocación de Santiago Apóstol ya que el Camino de Santiago que va por la costa atraviesa de pleno el concejo, destaca sobre todo la de Santa Marina, que domina desde lo alto Puerto de Vega y que fue construida en 1730 por el entonces poderoso gremio de Marinería y Comercio. Un templo barroco cuyo retablo rococó es una auténtica obra maestra. Además de visitar la iglesia el viajero puede disfrutar de magníficas vistas. Como puede disfrutarlas desde la capilla de la Atalaya, de 1613, también en Puerto de Vega, donde se guarda a la Virgen de la Atalaya, patrona de los marineros.
Para los que gustan de hacer rutas a pie, además de la senda costera, la ruta del Bajo Navia, que va siguiendo los meandros del río en sus últimos kilómetros, es especialmente atractiva, entre castaños y robles. Entre cuatro y seis horas de caminata siempre siguiendo el cauce hasta que llega a la ría. Y aunque no está en los límites del concejo, los amantes de la naturaleza tienen una visita obligada a las Cascadas de Oneta, en el vecino Villayón. Tras un paseo de media hora se llega a un paraje espectacular, un conjunto de tres saltos de agua rodeado de abedules, castaños y robles. También fuera del concejo, pero a tan sólo cinco kilómetros de Navia, se halla el Castro de Coaña, del siglo I, uno de los mejor conservados de España. Monumento Histórico Nacional.

Y ya de regreso a la capital del concejo, un paseo por sus calles, como la de Las Armas, del siglo XIII. O contemplar los restos de la muralla que protegía la ciudad. O recorrer el agradable paseo que, junto a la ría, desemboca en la playa y en los pinares que la rodean. Y de paso tomarse unos culines de sidra, comprar un recuerdo, o algunas de las conservas de pescado de mucha calidad que se elaboran en el concejo.

Las fiestas

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