La Concejalía de Movilidad del Ayuntamiento tiene casi decidida la ubicación del área de autocaravanas que con tanto interés le vienen solicitando los usuarios de estos vehículos de vacaciones, no solo de Burgos sino los que pertenecen a la asociación nacional de usuarios. El aparcamiento situado en las traseras del hipermercado Alcampo y delante de la calle María Teresa León es el lugar que más puntos tiene para albergar la zona, según explicó ayer el edil responsable de ese departamento, Esteban Rebollo, quien avanzó que la decisión se quiere tomar cuanto antes y que, a la vez, se publicará una ordenanza sobre su forma de uso.
Así, parece que se descarta la otra posibilidad que se valoró, que era reservar unos aparcamientos de la plaza de Santa Teresa donde, ahora, se ubican todas las autocaravanas cuando llegan a Burgos por su cercanía al centro y a los puntos turísticos más interesantes como el Museo de la Evolución Humana y la Catedral. De hecho, en las guías que utilizan estos turistas aparece recomendada la ubicación, aunque se aclara que no está habilitada para las necesidades de las autocaravanas, que no son muchas, por cierto.
Para que un espacio pueda ser utilizado por estas casas rodantes sin perjuicio del resto de la ciudadanía solo es necesario que tenga una alcantarilla que vaya a la red y una fuente para reponer el agua que van utilizando los viajeros. Las autocaravanas llevan dos depósitos, uno que recoge el agua que se utiliza en el váter y otro para la de la ducha y el lavado de la ropa y los platos, por lo que resulta imprescindible que encuentren un lugar en el que desechar la sucia y cargar la limpia.
Que la zona de aparcamiento se vaya a Alcampo supondrá un cierto alivio para el centro de salud de Santa Clara, que se ubica en la plaza de Santa Teresa, y que ve como sus lavabos son utilizados por muchos turistas de autocaravanas (y otros que no lo son, como los que se bajan en los autobuses de excursionistas que vienen a ver el MEH). Los trabajadores sanitarios reconocían ayer que ningún paciente se había quejado y que no les supone un gran trastorno que aparquen prácticamente junto a su puerta (anteayer había 17 autocaravanas a las 7 de la mañana y a las 11 aún quedaban 6) porque es gente que nunca ha causado ningún problema.
Otro asunto distinto son los feriantes que durante los Sampedros plantan sus reales en el mismo espacio y a los que no es infrecuente ver cenando, lavando la ropa o realizando otras actividades higiénicas más íntimas. De eso sí que han recibido quejas.
Los usuarios de las autocaravanas tienen muy claras cuáles son sus obligaciones, saben que no pueden sacar ningún elemento del vehículo en zonas que no lo autoricen específicamente y suelen ser muy respetuosos con el entorno.
Presumen, además, de que esta forma de viajar es muy limpia y que facilita un turismo del que ninguna ciudad puede prescindir: «Cuando viajas con una autocaravana, compras en la ciudad, cenas en sus restaurantes, viajas en el transporte público... y Burgos se está perdiendo todo esto porque muchas personas que ven que aquí no hay un área específica pasan de largo», explicó un burgalés amante de esta forma de viajar y que lleva años esperando que el Ayuntamiento coloque una zona para estos vehículos.
Así, parece que se descarta la otra posibilidad que se valoró, que era reservar unos aparcamientos de la plaza de Santa Teresa donde, ahora, se ubican todas las autocaravanas cuando llegan a Burgos por su cercanía al centro y a los puntos turísticos más interesantes como el Museo de la Evolución Humana y la Catedral. De hecho, en las guías que utilizan estos turistas aparece recomendada la ubicación, aunque se aclara que no está habilitada para las necesidades de las autocaravanas, que no son muchas, por cierto.
Para que un espacio pueda ser utilizado por estas casas rodantes sin perjuicio del resto de la ciudadanía solo es necesario que tenga una alcantarilla que vaya a la red y una fuente para reponer el agua que van utilizando los viajeros. Las autocaravanas llevan dos depósitos, uno que recoge el agua que se utiliza en el váter y otro para la de la ducha y el lavado de la ropa y los platos, por lo que resulta imprescindible que encuentren un lugar en el que desechar la sucia y cargar la limpia.
Que la zona de aparcamiento se vaya a Alcampo supondrá un cierto alivio para el centro de salud de Santa Clara, que se ubica en la plaza de Santa Teresa, y que ve como sus lavabos son utilizados por muchos turistas de autocaravanas (y otros que no lo son, como los que se bajan en los autobuses de excursionistas que vienen a ver el MEH). Los trabajadores sanitarios reconocían ayer que ningún paciente se había quejado y que no les supone un gran trastorno que aparquen prácticamente junto a su puerta (anteayer había 17 autocaravanas a las 7 de la mañana y a las 11 aún quedaban 6) porque es gente que nunca ha causado ningún problema.
Otro asunto distinto son los feriantes que durante los Sampedros plantan sus reales en el mismo espacio y a los que no es infrecuente ver cenando, lavando la ropa o realizando otras actividades higiénicas más íntimas. De eso sí que han recibido quejas.
Los usuarios de las autocaravanas tienen muy claras cuáles son sus obligaciones, saben que no pueden sacar ningún elemento del vehículo en zonas que no lo autoricen específicamente y suelen ser muy respetuosos con el entorno.
Presumen, además, de que esta forma de viajar es muy limpia y que facilita un turismo del que ninguna ciudad puede prescindir: «Cuando viajas con una autocaravana, compras en la ciudad, cenas en sus restaurantes, viajas en el transporte público... y Burgos se está perdiendo todo esto porque muchas personas que ven que aquí no hay un área específica pasan de largo», explicó un burgalés amante de esta forma de viajar y que lleva años esperando que el Ayuntamiento coloque una zona para estos vehículos.
Fuente: Diario de Burgos.