El mar con tonalidad verde de este pueblo es el marco ideal para disfrutar de un baño acompañado de cormoranes y culminar con una mesa de lujo asturiana.
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Los sentidos no tienen pérdida: piedra para el tacto y la vista, yodo para el olfato, y para el oído, una sucesión de campanas de iglesia, diéseles de pesca y graznidos de gaviota en los tejados.
En Lastres, una vez arriba, todo se arregla bajando. El casco antiguo está considerado como Patrimonio Artístico.- Para visitar hay varias cosas: la iglesia de Sta. María de Sábada (s. XVI); la Ermita de San Roque, en el prado del mismo nombre y desde el que se divisa todo el pueblo, así como toda la costa, hasta Ribadesella y la Sierra del Sueve; la ermita de San José, en el barrio del mismo nombre; la del Buen Suceso, que también da nombre a la calle donde se halla; varias casonas blasonadas y, desde hace poco, todas ellas con un cartel explicativo de lo que había sido antiguamente; la Torre del Reloj, que es reloj desde 1751, pero antes había servido como torre vigía tanto, para los pescadores, para orientarse de la llegada a puerto, como de atalaya para divisar cuando se acercaban barcos de piratas y bucaneros ya que muchos fueron los que aquí arribaron y se llevaron cosas de valor para el pueblo; la Punta del Castillo, antiguo fortín desde el que se defendían del ataque de los barcos anteriormente mencionados.- En fin, por cualquier calle que se pase, hay cosas dignas de ver. Otra cosa que nadie debería marchar sin visitar es el Faro de Lastres, éste se encuentra en el vecino pueblo de Luces, 2 Km. de distancia, por las maravillosas e impactantes vistas que allí hay.
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La villa de Lastres ha sido más conocida fuera de nuestras fronteras del Principado por el personaje televisivo del Doctor Mateo que le dio nombre a la serie que protagonizaba, siendo sus calles, casas y chigres escenarios del rodaje, así como sus vecinos, coprotagonistas y extras en muchas de las secuencias son los que sirven de guía generosamente al visitante:
- ¿La casa del doctor Mateo?
- Bajando, a la izquierda.
- ¿Y la cantina?
- Bajando, a la derecha.
Se tiene costumbre todavía, en los pueblos asturianos, de pegar las esquelas («Memento homo, quia pulvis es, et in pulverem reverteris») en la puerta del bar del desayuno, que mezcla café, churro y periódico con ese tirón de alma que produce siempre la pérdida de un parroquiano.
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Las Fiestas.
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